Al rememorar su proeza, Adrienne Bolland contaba que eligió la ruta siguiendo los consejos de una pitonisa y cómo elevó hasta los 4.200 metros un avión que sólo soportaba 3.500

Cuarenta años después de haber conquistado los Andes, la pilota francesa Adrienne Bolland (1895-1975) concedió una entrevista a la televisión francesa en la que confesó que eligió la ruta a seguir “siguiendo los consejos de una pitonisa” y que el avión Caudrón G3 con el que cruzó la cordillera en 1921 ya era obsoleto para entonces y sólo se usaba en exhibiciones “escolares”.
Aquí la transcripción de esa entrevista:
Periodista: Adrienne Bolland,la proeza que realizó al cruzar la cordillera de los Andes el 1 de abril de 1921 está rodeada de una leyenda. ¿Es exacto que finalmente usted prefirió a su plan de vuelo los consejos de una pitonisa local?
Adrienne Bolland: Si, es cierto. Y como mi plan de vuelo no tenía ni brújula ni mapa, no tenía nada que arriesgar. Entonces cuando esta mujer me indicó el camino que debería tomar, pensé que estaba loca, no creía que me iba a embarcar siguiendo sus consejos.
Pero cuando en la cordillera reconocí ese lago que ella me había descripto de una manera absolutamente perfecta, tal como yo lo vi, en ese momento estaba por girar a la derecha y ella me había recomendado de girar a la izquierda. Me había dicho: “El raid que está llevando a cabo se juega ahí. Si gira a la derecha, estará perdida. Hay que girar a la izquierda. Aunque las montañas le parezcan mas altas, hay que tomar esa vía”. Y en ese momento hice como me dijo ella, aunque me rompa los huesos por una tontería, usted sabe, uno se aferra a todo en esas circunstancias…

P: Despegar desde Mendoza en Argentina para aterrizar en la llanura de Chile. Entre las dos, la cordillera de los Andes. Nueve horas de carburante a bordo y tres horas quince exactamente después de despegar, Adrienne Bolland cruzó la cordillera y aterrizó en Chile. Lo increíble se volvió realidad.
A.B: Yo encontré la brecha que ella me había indicado, la brecha que en realidad es la gran abertura que lleva al valle chileno, desde ahí vi Santiago y me dije “LLEGUÉ”
P: Usted fue la primera mujer que ha logrado esta hazaña increíble, y la hizo a bordo de un G3, un aparato que en 1921 ya era obsoleto.
A.B.: Siii… Era un avión que había sido puesto en servicio en 1913. Es el mismo modelo que (Jules) Vedrine utilizó para aterrizar sobre el techo de las Galleries Lafayette (en 1919)… Usted sabe que después de la guerra, en 1921, no se hablaba más de esos aviones, salvo por hacer algunos saltos en escuela.

P: ¿Qué potencia tenía?
A.B.: 80 caballos
P: ¿Y cuál era su altitud máxima?
A.B: Ah, su altitud máxima…yo lo hice subir bastante alto, pero, en fin, se pretendía que arriba de 3000 o 3500 se ponía muy difícil…

P: Y la cordillera era más alta…
A.B: Sí, el puerto por donde pasé estaba a 4200 metros y yo lo crucé a 4280…
P: Y ahora cuando viaja en un Boeing, por ejemplo, ¿qué es lo que siente?
A.B: Me parece maravilloso… me siento verdaderamente contenta de haber participado de esta cadena, del muy pequeño eslabón que yo represento en la cadena que nos llevó al Boeing en el que viajo ahora, con tanta seguridad, tan fácilmente como cuando viajo en un auto…
Traducción: Olga Mandrile y Roberto Cogno
Vertientes del Sur