
El 9 de diciembre de 1985 la noticia de la condena a los dictadores de las Juntas Militares, con la sentencia de cadena perpetua para Videla y Massera “abrió los informativos en Europa”, destacó el periodista argentino Juan Irigaray Recordón, que cubrió las audiencias para Radio Nacional de España, y junto con la prensa nacional e internacional siguió las alternativas del juicio con una multitud de periodistas acreditados.
“Mientras viva llevaré grabada la imagen del primer ingreso a la sala de audiencias de los nueve ex comandantes, envueltos en un silencio de expectación. Videla, Massera, Agosti, Viola, Lambruschini, Graffigna, Galtieri, Lami Dozo, y Anaya entraron casi en fila y se sentaron en el banquillo de los acusados, de cara a los jueces de la Cámara Federal y de espaldas al público”, precisó a Vertientes.
Al recordar lo que se vivió desde la sala de prensa, dijo que “costaba creer que jerarcas militares hasta hacía poco tiempo autoerigidos en ‘Dioses` comparecieran a la justicia de los hombres. Videla y alguno más vistió traje de calle, otros iban de uniforme. Tampoco olvido el vibrante alegato del fiscal Julio Strassera al turno de solicitar los pedidos de condena y su ya célebre ‘Señores Jueces, Nunca Más`, que arrancó una ovación del público y hasta aplausos en el palco de periodistas”.
El juicio duró casi ocho meses, de abril a diciembre de 1985, en el Palacio de Justicia, “que con sus corredores vacíos y en penumbras tenía para mí cierta atmósfera sacada de ‘El Proceso’, de Kafka”, expresó.
“Todas las tardes -continuó- a las 15 arrancaba la audiencia en la sala principal de la planta baja. Meterse ahí era algo así como ingresar a un ‘Tren Fantasma` Los periodistas acreditados presenciamos a unos 800 testigos contar el horror de las torturas, las violaciones, los secuestros que habían sufrido ellos mismos o sus familiares y amigos. Muchas veces nos embargaba la emoción, hasta llorábamos y reíamos junto al testigo y el público”.
“Pese a que conseguíamos entradas para asistir a las audiencias y seguirlas desde la bandeja superior de la sala, casi ningún amigo se animó a participar de aquel viaje al terror”, enfatizó.
“Ahora me viene a la memoria -contó- el testimonio de un chacarero cordobés, vecino a la guarnición del Tercer Cuerpo, que contó con detalles cómo recorriendo el campo a caballo encontró manos y pies que sobresalían de la tierra. Igual que en el ‘Martín Fierro`, pertenecían a cadáveres mal enterrados, todas víctimas del campo de concentración ‘La Perla` ejecutadas en forma sumarísima”.
Irigaray Recordón expresó que el Juicio a las Juntas constituyó un hito en la redemocratización de Argentina a partir de 1983: “Alfonsín entendió que ninguna democracia en serio podía edificarse sobre un osario, en consecuencia revocó la ley de autoamnistía de la dictadura, y decretó el primer proceso en el mundo realizado por un tribunal civil a dictadores militares acusados de asesinatos masivos desde los Juicios de Nüremberg, realizados entre 1945 y 1949 en Alemania contra jerarcas del III Reich”.