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La potencialidad del 35º Encuentro

Aproximadamente 140 mil mujeres y disidencias colmaron las calles, las plazas y escuelas de San Luis el 8, 9 y 10 de octubre para participar del 35º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries, (LTTBINB) potenciando y dando sentido a tres jornadas históricas de debate, organización y fortalecimiento para reclamar y pelear en todo el país por sus derechos, con las banderas de los feminismos.


Por Marta Gordillo


Miles y miles de mujeres heterosexuales, lesbianas, bisexuales, y travestis, trans, intersexuales y no binaries encontraron el espacio político, organizativo y solidario para conocer y debatir situaciones de vulneración de derechos, de opresión, de todo tipo de violencias, y analizar cómo continuar la batalla para frenar las políticas de ajuste, de destrucción del medio ambiente, de precarización laboral y enfrentar con más fuerza al patriarcado.


En esta línea de acción, también se debatió cómo sostener las conquistas, hacerlas efectivas, y avanzar en el logro de derechos en la perspectiva feminista de transformación social y cultural, ante un Estado “ausente" y “opresor", como definieron muchas y muches participantes de los talleres, y ante un gobierno que desde distintos sectores fue criticado.


A la vez el Encuentro, en el que participaron infinidad de organizaciones feministas, gremiales, sociales, ecologistas y políticas, fundamentalmente de izquierda, del peronismo e independientes , se da en un contexto en el que se alzaron masivamente voces por la libertad de las mujeres mapuche presas recientemente en la provincia de Río Negro por luchar por el derecho a sus tierras, uno de los reclamos más sensibles que se escucharon, definido además por la propia coyuntura.

Una coyuntura atravesada también por la escalofriante cifra de 244 femicidios y transtravesticidios en lo que va de este año, revelando la necesidad de profundizar la pelea contra la violencia de género, y su expresión más extrema, al grito de “Basta de matarnos”.

A ese masivo reclamo se sumaron muchos más vinculados a otras urgencias sociales, económicas, ambientales, educativas, identitarias, como asimismo un reclamo mundial contra la salvaje represión patriarcal y la solidaridad con la lucha de las mujeres iraníes tras el asesinato de una joven por no cubrir totalmente su cabello con el velo.

El Encuentro fue una instancia de posicionamiento y lucha, en el que muchas mujeres y disidencias se encontraron después de dos años de pandemia sembrando fuertes expectativas en su realización, con una carga de situaciones que dejó el covid y el aislamiento social, y tras dos grandes fenómenos que se produjeron en ese lapso.

Por un lado la conquista de la ley del aborto legal, y por otro el hecho político de la incorporación en la organización de los encuentros de la perspectiva inclusiva, junto con las mujeres, plurinacional y pluridiversa, a pesar de haberse producido un quiebre dos años atrás al interior del movimiento que no impidió en esta ocasión la impresionante masividad y crecimiento respecto de los anteriores encuentros.

“Este Encuentro en San Luis es histórico porque por primera vez se lo denomina Plurinacional, y de las Mujeres y de las Disidencias, porque era pedido con clamor en los últimos encuentros, no sólo en La Plata, sino en Trelew, en Chaco. Hubo resistencias de otros sectores para que siga llamándose nacional y sólo de las mujeres, pero al final se consensuó y lo logramos , y el consenso está a la vista,140 mil personas vinieron a San Luis”, expresó a Vertientes del Sur Inés Rubio, una de las organizadoras del Encuentro que es trabajadora social y viene participando de los encuentros desde fines de los años ‘80.

Destacó emocionada que “esto es un éxito, porque como dicen nuestras compañeras feministas y transfeministas lo que no se nombra parecería que no existe. Nosotras las nombramos y existen y este Encuentro es la prueba, la otra postura era seguir con el binarismo. Yo planteo que con este Encuentro hay un antes y un después, y tiene que haber un después para todos los lugares del país que participaron para establecer una agenda nacional y en cada provincia, en las organizaciones, en los gremios, esto debe ser un proceso mayor”, enfatizó.

En este mismo sentido, se expresó Norma Aguirre, cantora del conurbano sur de Buenos Aires que vive en Córdoba, al manifestar que “hace 22 años que vengo a los encuentros y estoy muy contenta porque salimos de la virtualidad y nos podemos abrazar, y volvemos después de una ley que se sancionó, la ley del aborto legal, pero ahora estamos en un Estado represivo, en donde se está reprimiendo a las compañeras mapuche por luchar por su tierra. Esto tiene que ver con este patriarcado neoliberal que utiliza nuestros cuerpos, nuestros territorios”.


“Paralelamente en Córdoba hoy amanecimos con la noticia de Chiara (Panelli de 30 años oriunda de San Rafael) que la asesinaron en Córdoba, había desaparecido antes de ayer. Los cuerpos de las mujeres y de las compañeras del LTTBINB no son respetados, no respetan nuestros territorios, nuestra tierra, no respetan ni a su madre”, dijo.



De este modo, nuevas redefiniciones y sentidos marcaron el pulso de estos tres días que a la vez se proyectaron como la continuación histórica de los 34 encuentros que se vienen realizando desde 1986, cuando aquel primero, pequeño y aislado que se hizo en la ciudad de Buenos Aires dio inicio, sin saberlo, al despertar de un movimiento que, por sus características de género, horizontalidad, participación, debate y masividad, es único en Latinoamérica y el mundo.


Y en su transcurrir fue sumando en la última década al colectivo LTTBINB, a mujeres de las comunidades originarias y ampliando su arco etario desde jóvenes adolescentes hasta mujeres mayores.

Testimonios crudos de violencia de género, de trata, de chineo, de abuso y acoso, de femicidios, transtravesticidios, violencia institucional, violencia que se vivió durante la pandemia y dejó sus secuelas, despojo de tierras y represión a las mujeres indígenas, despido y precarización laboral, incremento de la feminización de la pobreza, y los efectos del extractivismo, fueron algunos de tantos relatos y debates durante el Encuentro.

Relatos que encontraron, en las aulas y patios, donde se realizaron los 105 talleres durante el fin de semana, el acompañamiento, contención y un cauce colectivo para orientar la pelea por terminar con las injusticias y tanto dolor, al entender que los problemas individuales no son ni aislados ni individuales y que la respuesta tiene futuro en tanto es colectiva, para combatir y evitar la reproducción de esas acciones y políticas perversas y destructivas del sistema hacia las mujeres y disidencias.


La diversidad y cantidad de relatos nubla y a la vez fortalece. “Me llamo Guevara, soy no binarie y elegí ese nombre, soy estudiante de Administración de Empresas de la Universidad Nacional de La Pampa”, contó durante una charla con esta web.


“Este es mi segundo encuentro, tengo 21 años, vengo a sanar, porque todos los años el machismo me ha arrasado la vida , estos últimos años de pandemia el machismo me ha llevado a la depresión, me han abusado, se han reído de mi, y vengo por las pibas que faltan. En nuestra provincia, en Santa Rosa hay niñas que están siendo prostituidas desde los 11, 12 años. Son niñas que están en las rutas, están en cualquier lado, esas niñas están desnutridas. El Estado es cómplice, la policía lo sabe, sabe cuáles son las casas de los proxenetas. Y esto no puede ser”.


“Nosotras -agregó- siempre replanteamos que el sistema crea la trata de personas, por eso tenemos que abolir la prostitución porque si el Estado sigue siendo cómplice de que estas chicas sean violadas todos los días, vamos a estar en un sistema que romantiza la prostitución, que ya se está haciendo; por redes se están vendiendo las pibas desde los 15 años, se está hipersexalizando a la mujer ya desde chicas”.


“El sistema lucra con estas mujeres, siempre el responsable es el Estado, la policía, como bien dijo una compañera tenemos en ciertos municipios intendentes proxenetas, es terrible, son los dueños de esas redes. Se dice que La Pampa es una ruta por la que fácilmente trafican a las pibas porque en los controles se paga y listo, es así”, denunció Guevara.



Desbordaron los talleres; y algunos como el de Todo tipo de Violencias, de Trata, de la Prostitución como trabajo, de Abolicionismo de la prostitución, revelaron que la problemática crece y no hay respuestas, que hay un interés muy fuerte por encontrar una salida y dar pelea contra los que sustentan y perpetúan la violencia de género.


Juana Gamarra es de Berisso, cerca de La Plata y ésta es la primera vez que va a un encuentro. “Mi hija Sofi fue violada sistemáticamente por un familiar, ella me lo contó cuando tenía 13 años pero tardó un año en decirme quién era; fueron mis sobrinos .Fue mucho sufrimiento. Ella creía que yo lo sabía y que de eso no debía hablarse. Pasó situaciones horrorosas, impensables, de mucha impunidad”, comentó.


“El Estado no nos ayudó para nada -continuó-, le debo todo a la organización feminista Las Rojas que nos acompañó y nos dio fortaleza para enfrentar todo ese horror y para pedir justicia, solas no lográbamos nada, pero organizadas pudimos llegar a la justicia, ser escuchadas”,dijo.


Añadió que “escuché en los talleres situaciones aberrantes, demasiado fuertes que quedan invisibilizadas y en todos los casos se ve que la justicia no acompaña, por eso es tan importante que estemos organizadas. Esto nos ayuda a seguir y pedir que haya un plan de presupuesto porque toda la plata va a parar al FMI y las mujeres estamos totalmente abandonadas”.


Temas como los desastres ecológicos fueron abordados en distintos talleres relativos a los humedales, la megaminería, el fracking, y allí también los debates reflejaban una fuerte preocupación y necesidad de encarar esta problemática de otra manera y en una perspectiva que abarque el extractivismo como eje. Así se expresó Marina, estudiante de Medicina que por primera vez participó de un encuentro.

“Es un problema que nos atraviesa, tenemos que dar una lucha ambiental de conjunto. En Rosario militamos la Ley de Humedales y queríamos conocer otras realidades;

el eje es el extractivismo y el hecho de que no haya políticas que amparen la situación de nuestros territorios y cómo repercute en nuestro día a día, y por la cuestión también de género, de mujeres y disidencias y cómo eso nos afecta aún más”.


“Venimos -agregó-de un pre encuentro regional donde remarcamos que no sólo están los responsables políticos y el gobierno que no nos escucha sino también los responsables directos que son los terratenientes”.


Otros relatos fueron dando cuenta de los problemas que viven las mujeres de las comunidades indígenas: “soy de Formosa, vivo en una comunidad que se llama Nancom tobas, yo digo que cualquier desalojo a un pueblo originario, nos afecta a todas porque lo primordial es tener la tierra, y la Constitución nos reconoce ese derecho básico y dice que somos preexistentes. ¿Por qué tiene que venir gente de afuera y quitarnos la tierra? Al mismo tiempo nos reconocen y nos pisotean”, comentó Marisela Gómez en diálogo con Vertientes del Sur.


“Decimos que el Estado -continuó- se haga responsable, pero el Estado mismo es el que oprime, el que hace el genocidio invisiblemente porque a todos nos afecta, no solo a los mapuche, sino en Formosa, en Jujuy; en Formosa vivimos en un lote donde tenemos por todos lados tierras que se han privatizado y si yo quiero mantener mi cultura dónde voy a ir a cortar mi totora, mi hoja de palma, dónde voy a buscar la leña o agua, nosotros vivimos de la tierra y si nos la sacan nos están matando”.


En el taller que participó Marisela, vinculado a la la identidad indígena, algunos de los temas que confluyeron en el debate habían quedado escritos en el pizarrón, la liberación de las 7 presas mapuches, abolición del chineo, basta de terricidio, exigimos el retiro del intendente Sergio Freixes de la comunidad Ranquel ya; responsabilizando al Estado de estas situaciones.

Fabiana Gómez también pertenece a una comunidad, en este caso qom y es oriunda del Chaco, pero hace 23 años que vive en Rosario: “Para mi como mujer indígena me parece que la prórroga de la ley 26160 que habla de los territorios y que prohibe los desalojos indígenas, tiene que pasar a ser ley efectiva porque es una herramienta muy importante que nos da acceso a los relevamientos territoriales indígenas y las tierras comunitarias que venimos luchando desde hace muchos años”.


También hizo referencia al desalojo mapuche cuando aclaró que “lamentablemente en la zona sur tenemos hermanas mapuche que sufren desalojos y detenciones, y también tehuelches, el problema es que el mismo Estado va desalojando o van vendiendo sus tierras con ellos ahí adentro, hace muchos años lo vienen sufriendo”, y mencionó que “muchos desalojos y muertes no salen en ningún lado”, coincidiendo en general con los testimonios de muchas mujeres de distintas comunidades del país.


Mujeres y disidencias oriundas de San Luis, Córdoba, Neuquén, Formosa, Jujuy, provincia y ciudad de Buenos Aires, Mendoza, Rosario, La Pampa y otras partes del país participaban por primera vez confluyendo en los talleres y marchas callejeras con quienes vienen asistiendo desde los inicios del movimiento o desde los últimos años con el orgullo de sentirse constructoras de este gran movimiento y partícipes de la búsqueda de un cambio social.


Dos marchas multitudinarias atravesaron el Encuentro, la primera fue contra los Travesticidios y Transfemicidios, que recorrió las calles de la ciudad al grito de Ley Integral Trans , por el cumplimiento de la ley de Cupo Laboral Trans, entre otros reclamos.



Janet Morales conversó con Vertientes del Sur: “soy transfeminista de General San Martin del oeste de la provincia de Mendoza, soy prostituta, dependo de mi cuerpo para poder llevar el pan a mi casa y subsistir, mi inscribí para la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Cuyo”.


¿Vos querés dejar la prostitución?

“En realidad ese es el problema que quizá la sociedad no comprende, hay una naturalización sobre nuestra identidad respecto de lo que tiene que ver con nuestra salida económica, que no es un trabajo digno. Nuestra identidad ha sido relegada en todos los aspectos porque el Estado nos ha violentado históricamente y sistemáticamente condenándonos a estar en una esquina prostituyéndonos, negándonos nuestras potencialidades y capacidades”.

Sobre la marcha contra los transfemicidios y travesticidios señaló que el reclamo central es que nuestras identidades sean reconocidas, que la inclusión no sea solo tener un DNI sino ademas tener acceso a un trabajo digno, a la educación, salud pública, vivienda, el goce de derechos de las personas heterosexuales, que es la necesidad básica de cualquier ser humano”.


Aseguró que “la ley integral trans es un proyecto que lamentablemente aún no fue tratado, básicamente es el acople de todas las leyes que se conquistaron".


La otra marcha fue la histórica de cierre del Encuentro que recorrió con fuerza y espíritu unos 7 kilómetros por las calles de la capital puntana.


Con grandes y mútiples banderas de distintos colores la Marcha del 35 Encuentro recorrió la ciudad haciendo visible a través de sus cantos y sus carteles, los reclamos por la aparición de Guadalupe Lucero, la nena de 6 años que desapareció hace seis meses en San Luis, que encabezó la marcha, y cuya mamá, Yamila, había manifestado en el comienzo del Encuentro: “Quiero a mi hija con vida y de regreso, el Gobierno es responsable”.




También se pidió justicia por Florencia Magalí Morales, muerta en una comisaría de Santa Rosa del Conlara, en el interior de la provincia de San Luis, en abril del 2020. Y se siguió haciendo a viva voz la pregunta ¿Donde está Tehuel?, el joven trans desaparecido en marzo de 2021 en la provincia de Buenos Aires.

Y así se sumaban carteles más grandes, más pequeños de víctimas de trata, de femicidios, de desapariciones en democracia, de complicidades de la policía, de funcionarios y políticos de distintas provincias. “A los violadores los cuida la policía”, decían algunos carteles.


“Iglesia y Estado, asuntos separados” fue otra de las consignas que recorrió de

punta a punta la marcha y que frente a la Catedral de San Luis adquirió un mayor volumen y potencia al manifestarse "contra la injerencia de la Iglesia en nuestras vidas”, “saquen sus rosarios de nuestros ovarios” “quememos el velo del patriarcado”.

Otros carteles expresaban que “Ni las tierras ni la mujeres somos territorio de conquista” sintetizando no sólo un posicionamiento ante el presente sino ante una larga historia de colonialismo y dependencia, y otros reclamaban “presupuesto para combatir la violencia no para el FMI”, como expresión de un fuerte rechazo a la política del gobierno frente al pago de la deuda externa.


Y estaban también los carteles que expresaban el apoyo a la Ley de Humedales, contra el extractivismo, entre infinidad de consignas y carteles que recorrían la marcha desde el comienzo hasta las últimas filas.


Finalmente el lunes, en el acto de cierre, se leyeron las conclusiones de los debates en los talleres que fueron sistematizados en cada aula, y se decidió la sede del 36º Encuentro: la provincia de Río Negro.




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