En el marco del mes del Día Internacional de las Mujeres, el 7 de marzo se conmemora el Día de la Visibilidad Lésbica. Hace 11 años mataban a Pepa Gaitán
por Marta Gordillo y Alicia Alvado

“Absolución para Higui", “Absolución para Marian”, “Reforma de la ley antidiscriminación” son algunas de las consignas que encabezan este 7 de marzo los actos y marchas en distintas ciudades del país para conmemorar el Día de la Visibilidad Lésbica, a 11 años del asesinato de Natalia “Pepa” Gaitán cometido por el padrastro de su novia, que no toleró la relación de su hija con una mujer.
Pepa asesinada por lesbiana, Higui acusada de homicidio por defenderse de una violación “correctiva”, Marian condenada por besar a su esposa en la vía pública, son situaciones que emergen y revelan que detrás hay infinidad de violencias lesbofóbicas que siguen reproduciéndose a lo largo del país.
“El 7 de marzo se conmemora el día de la Visibilidad Lésbica justamente por el asesinato de Pepa Gaitán que fue en el 2010 cuando estábamos en pleno debate por el matrimonio igualitario; nos golpeó muy fuerte, fue muy significativo”, recordó la titular de la Federación Argentina LGBT+, Flavia Massenzio en diálogo con Vertientes del Sur.
Pepa Gaitán
Aquel escopetazo que impactó en el cuerpo de Pepa Gaitán, cargado del odio asesino contra las lesbianas, convirtió su muerte en bandera de los movimientos de mujeres y movimientos LGBT+ contra la discriminación y la violencia por la identidad sexual.
Pero la justicia decidió no encuadrar su muerte como violencia de género y benefició al homicida aduciendo que no había habido una situación lesbofóbica.

“En ese momento no se había reformado todavía el Código Penal, con el agravante por los crímenes de odio por orientación sexual o por la identidad de género de las personas LGBT+”, añadió Massenzio, quien además es coordinadora de la Defensoría LGBT+ de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.

Asimismo, recordó que ese lesbicidio se produjo horas antes del 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres.
En este marco, Daniel Torres, el hombre que le disparó a Pepa, de 27 años, a pocos metros de distancia en la puerta de su casa, en un barrio de la ciudad de Córdoba, el 7 de marzo de 2010 cuando caía el sol, salió en libertad en marzo de 2019.
Cuatro años después del asesinato de Pepa se aprueba el 7 de marzo como el Día de la Visibilidad Lésbica. “La Fulana, histórica organización de lesbianas y de mujeres bisexuales, presentó el primer proyecto de ley en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires para que ese día no sea uno más”, precisó la titular de la FALGBT+
Una fecha que fue transformándose en un ícono de lucha contra la violencia y los crímenes de odio hacia las lesbianas.
En este sentido, destacó que “la visibilidad es una herramienta, una estrategia para luchar contra los prejuicios y estigmas hacia nuestras identidades, con la visibilidad podemos hacer esa deconstrucción, podemos derribar prejuicios, podemos erradicar esa violencia, ese estigma que hay hacia nuestras identidades”.
Massenzio destaco que “hoy, a 11 años, tenemos legislaciones de avanzada en Argentina, pero también lo real es que tenemos índices muy altos de crímenes de odio, de violencia, de discriminación, de prejuicios hacia la población, en este caso de lesbianas y mujeres bisexuales”.
“Esto explica que está mas vigente que nunca este Día de la Visibilidad Lésbica; necesitamos seguir trabajando fuertemente por una reforma de la ley antidiscriminatoria”, dijo tras enfatizar en la lucha por la absolución de Higui y Marian Gómez, dos banderas presentes en este mes de las mujeres.
Analía de Jesús “Higui”
Con esa misma fobia con la que mataron a Pepa, hace 5 años una patota de 10 hombres agredió a Analía de Jesús de 46 años, conocida como Higui; intentaron violarla y la golpearon brutalmente en el piso hasta dejarla inconsciente. Antes se defendió, y como le clavó un cuchillo a uno de los agresores, terminó procesada por homicidio.

La venían acosando y persiguiendo por su orientación sexual, y ese 16 de octubre de 2016, en que Higui había ido a visitar a su hermana, la esperaron en un pasillo, la agarraron, le tironearon de los pantalones, la golpearon y le dijeron que la harían “sentir mujer”.
Para la Justicia fue la victimaria, negando que fue agredida, discriminada, perseguida, profundamente violentada, mientras que siendo víctima y luego revictimizada, quedó encerrada entre cuatro paredes y barrotes de hierro. Nadie podía ni quería escuchar que ella se había defendido de una violación.
“Yo también me defendería como Higui”, rezan los carteles de las organizaciones que luchan contra las violencias de género poniendo de manifiesto la fuerte mirada y defensa feminista ante la barbarie machista y patriarcal. Higui lo hizo y lo reafirmó “si me atacan me voy a defender”, dijo en una entrevista al salir de la cárcel, y aclaró asimismo que ella no era violenta.
En junio de 2017, gracias a la difusión del caso y las movilizaciones por su excarcelación fue liberada con eximición de prisión por la sala 1 de los Tribunales de San Martín, a la espera del juicio que se realizaría en febrero del año pasado, que luego quedó demorado y que finalmente no se llevó adelante.
Marian Gómez

Cuando Marian Gómez, de 28 años, fue detenida por dos policías de la Ciudad luego de increparla violentamente por una supuesta contravención justo cuando se besaba con su esposa en la estación de Constitución, no imaginaba el derrotero judicial que le esperaba.
Un derrotero que la tiene hoy –cuatro años después de ese episodio- peleando la absolución en segunda instancia tras haber sido condenada a un año de prisión por lesiones leves y desacato a la autoridad.
La sentencia de primera instancia se produjo el 26 de junio de 2019, en coincidencia con el Día Internacional del Orgullo LGBT+ y poco menos de dos años después de los hechos que se le imputan, que datan del 2 de octubre de 2017. Ese día, Gómez fue detenida en Constitución tras darse un beso de despedida con su esposa Rocío Girat, la joven que hizo pública la denuncia contra su propio padre, un ex suboficial de la Marina, por abuso sexual infantil. Uno de los policías se dirigió a Marian diciéndole “pibe” cuando la apercibió por estar fumando en un lugar supuestamente prohibido.
"Yo le aclaré que soy mujer, apagué el cigarrillo y me quise ir, pero él se me pone adelante y ahí tuvimos un encontronazo pero sin siquiera levantar la voz, tras lo cual me detiene", contó en aquel momento Marian, quien al negarse a ser esposada, terminó en el piso. "Yo no quería que me ponga las esposas porque no había ningún delito. Si yo estaba fumando en un lugar inadecuado, sólo tiene que hacerme la multa", agregó.
En diálogo con Vertientes del Sur, a Marian le sigue pareciéndo inverosímil toda la situación.“Yo tenía la posibilidad de hacer una probation pero no acepté porque estaba convencida de que no era necesario”.
Al momento de la detención tuvo que enfrentar la humillación de que “me desnudaran delante de los policías” al ingresar al calabozo, un procedimiento ilegal y un claro ejercicio de “abuso de autoridad” que “me hizo sentir violada nuevamente por el estado” y que no fue tenido en cuenta en el juicio.
Pero quizás el mayor daño emocional es el que le provocó constatar la doble vara de la justicia.
“Yo sufrí abuso sexual durante 16 años y nunca llegué con mi caso a un juicio: no sé lo que es hablarle a un tribunal como víctima pero sí por haber besado a mi pareja en Constitución”, dijo.
Su abogado Lisando Teszkiewicz explicó a Vertientes del Sur que el próximo 17 de marzo vence el plazo de 20 días que tiene la sala 2 de la Cámara Nacional de Casación para decidir si revoca o confirma la condena "o resuelve que hay que condenar de otra manera".
“Si Casación ratifica la condena, vamos a apelar a la Corte Suprema, porque no es justo. Si seguimos callando y hacemos lo que ellos quieren ellos ganan. Y no es una competencia sino una búsqueda de vivir un poco mejor en sociedad”, concluyó Marian.
