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Los hechos

La masacre de La Bomba


Con la expresión "Masacre de La Bomba" se conoce la represión llevada adelante por Gendarmería, la Fuerza Aérea y la Policía de Territorios Nacionales contra indígenas pilagás en el paraje La Bomba -próximo a la localidad formoseña de Las Lomitas y a 300 kilómetros al oeste de Formosa capital-, entre el 10 y el 30 de octubre de 1947 (primera presidencia de Juan Domingo Perón), que incluyó fusilamientos, desapariciones, torturas, violaciones, secuestro y reducción a trabajos forzados de cientos de personas.


Según los hechos que consideró probado el Juzgado Federal Nº1 de Resistencia en 2019 a cargo de Fernando Carbajal, la matanza sobrevino como consecuencia de la negativa de los indígenas a desalojar el área donde se habían asentado así como a perder su libertad (relativa) para incorporarse a la reducción de San Bartolomé de las Casas de triste recuerdo por el nivel de explotación que allí se registraba.


Esta “decisión política de las autoridades civiles y militares asentadas en la región” fue la respuesta a “una tensión de base interracial e intercultural, alimentada por los prejuicios y la ignorancia de la población criolla y las autoridades blancas”.


El ataque “fue realizado sin que mediara ataque alguno por parte de los pobladores originarios” y se ejerció contra “una población civil desarmada” y reunida en gran número en una actividad religiosa.


“A continuación y de manera aún más inexplicable, se produjeron un conjunto de actos de persecución y matanza indiscriminada de la población indígena en fuga (…) Todo ello con el objetivo de eliminar todo vestigio de reclamo y reducir la totalidad de la etnia Pilagá sometiéndola al control estatal y el trabajo forzado, lo cual fue conseguido en alto grado”, concluyó el juez.


Naketo, sobreviviente de la Masacre de La Bomba. Foto de Valeria Mapelman



La masacre de Napalpí


En la “Masacre de Napalpí” registrada el 19 de julio de 1924, los perpetradores fueron unas 130 personas entre efectivos de la Policía Nacional de Territorios (Chaco aún no era una provincia sino que conformaba un único territorio nacional con Formosa) y civiles algodoneros criollos, actuando unos bajo las órdenes y otros con anuencia del gobernador Fernando Centeno que había sido designado por el presidente radical Marcelo Torcuato de Alvear.


Según el libro “Crímenes en sangre” de Pedro Solans, la matanza se produjo en el paraje El Aguará (a 19 kilómetros de la reducción de Napalpí, hoy Colonia Aborigen), después de varias semanas de que organizaciones de la población civil y los diarios exigieran a las autoridades tomar medidas contra los indígenas qom y moqoi que protagonizaban la primera huelga de peones indígenas en reclamo por la baja de sus jornales y la decisión del gobernador Centeno de prohibirles la salida del territorio para ir a trabajar a los mejor pagos ingenios salteños, como hacían cada año.


Entre los 400 a 700 asesinatos, se contaron los de los caciques Pedro Maidana, Dionisio Gómez y Juan Machado, a quienes les fueron extirpadas las orejas y los genitales para ser exhibidos como trofeos la población en la comisaría de Quitilipi, mientras que otros cuerpos fueron empalados a manera también de advertencia a los sobrevivientes.


Reducción de Napalpí fotografiados en 1924 por el antropólogo alemán Nitsche Lehmann


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