Entrevista a Brian Carlson, el artista plástico estadounidense creador del memorial “Aparecidos”.

Por Alicia Alvado
El memorial “Aparecidos” elaborado a partir de los retratos pintados de miles de detenidos-desaparecidos de América Latina, “habla de la santidad de las vidas humanas individuales” asegura su creador, el artista plástico norteamericano Brian Carlson (66) que tras ocho años de ir y venir planea quedarse definitivamente en Argentina donde lo encontró la cuarentena.
El memorial fue creciendo desde los 55 retratos de la primera exhibición en 2013, hasta los más de 3.000 de hoy, 750 de los cuales pueden verse en la web de Aparecidos junto con información básica sobre cada caso.
“’Aparecidos’ es un esfuerzo por incentivar la aparición no solo de los desaparecidos, sino de cada uno de nosotros, para desafiar a cada uno a vivir su verdad, abierta y apasionadamente de una manera que respete a todos los seres humanos.
En diálogo con Vertientes del Sur, Carlson repasó el recorrido de este proyecto desde su germen, allá por 2007.
Hasta el momento, el memorial lleva 30 exhibiciones en Argentina y 5 en otros países, como Uruguay, España y EE.UU.
-¿Qué sabía del terrorismo de estado en la Argentina antes de viajar al país?

-Poco y lo atribuyo en gran parte al hecho de que no hay prensa libre en los EEUU ni la educación pública enseña con verdad y equilibrio sobre la historia y la política exterior del país.
Yo era consciente que durante estos años hubo dictaduras en América Latina pero no conocía el tema a fondo y ciertamente no sabía que a través de hombres como Kissinger, estos déspotas estaban siendo ayudados, incitados y alentados por el gobierno de los EEUU, ni que los líderes de gobiernos democráticos fueron derrocados e incluso asesinados con la ayuda de Estados Unidos. La mayoría de los ciudadanos estadounidenses no están al tanto de esta verdad vergonzosa.
-¿Cambió en algo la forma de mirar a su país, EEUU a partir de conocer más sobre la última dictadura militar en Argentina?
-Venir a Argentina, hacer la investigación que hice, aprender de los familiares y activistas sobre sus experiencias personales, impactó significativamente en mi visión de mi país. Antes ignoraba la complicidad pasada que veo bien ahora, como veo también lo que sucede en la nueva administración de Biden. Le está vendiendo armas al monstruo Piñera, reconocen al títere Juan Guaidó como el presidente legítimo de Venezuela, todavía se habla de Cuba como un enemigo…El imperialismo y el esfuerzo de EEUU por desestabilizar y controlar este continente continúa.
-¿Pudo exhibir la muestra en EEUU? Con qué resultado?
-Varias veces expuse partes seleccionadas del monumento en los EEUU. Sin embargo, allá es casi imposible obtener una exhibición para este tipo de trabajo fuera de las universidades, ya que no está a la venta -lo que elimina todas las galerías comerciales- y representa un aspecto de su historia que la mayoría de los ciudadanos nacidos en allí preferiría no saber.
Cuando me comuniqué con el director de la “Galería Nacional de Retratos” del Museo Smithsoniano proponiendo una exposición de “Aparecidos”, explicándole y agregando numerosos enlaces a artículos y entrevistas sobre el monumento, me respondió que la Galería solo se centra en la historia de EEUU. Le dije: ‘¡Ésta ES historia de EEUU!’ y ése fue el final de esa conversación.

-¿Por qué hablar de ‘aparecidos’ y no de ‘desaparecidos’?
-Mi intención al darle este nombre fue revertir simbólicamente la cruel acción de desaparición que siguió a las ejecuciones o asesinatos extrajudiciales.
Como sabemos, el intento de borrar o desaparecer a las víctimas arrojándolas al océano o enterrándolas clandestinamente, extendió el crimen torturando a las familias durante décadas por no saber con certeza qué fue de ellas ni poder enterrar sus restos con dignidad. Y, por supuesto, les dio a los perpetradores la capacidad de esconderse tras una gran mentira. En la medida que los actores estatales/asesinos desaparecieron a estas 30.000 personas, el memorial les “aparece” recreando sus imágenes a partir de fotografías de archivo que se convierten en retratos pintados a mano. Una a una, vuelven a aparecer de esta manera y para siempre, tal como las recordamos literalmente.
-¿Cómo surgió la idea?
- Vine por primera vez a Argentina en 2007 para participar en una gran exposición en el Centro Cultural Recoleta patrocinada por el Instituto Hemisférico de la Universidad de Nueva York y, durante la exposición, un grupo de artistas y académicos (yo era ambos) fuimos invitados a hacer un recorrido guiado por la ex ESMA.
Mientras estaba en el ático donde tantos habían pasado sus últimas horas, encadenados unos a otros, encapuchados y en silencio; me sentí abrumado emocionalmente. Se podía sentir toda la desesperanza, el terror, el sufrimiento, la desesperación que impregnan ese ambiente. Y allí asumí un compromiso con los desaparecidos: crearía un monumento para ellos, regresaría a Argentina y lo exhibiría en la ex ESMA
De 2007 a 2012, estuve en los Estados Unidos, enseñando y trabajando en otros proyectos de arte, pero también leyendo todo lo que pude sobre Argentina y sobre el apoyo de EE.UU al terrorismo de Estado en estas naciones, cosas que me asustaron profundamente pero que reforzaron mi determinación de regresar a Argentina con un memorial.
¿Cuáles son los objetivos de este memorial?
En primer lugar, “Aparecidos” está destinado a honrar a las víctimas del terrorismo de estado en América Latina.
En segundo lugar, quería que los familiares y amigos de los desaparecidos supieran que alguien más se preocupa, alguien que no perdió a un familiar, amigo, maestro, compañero de trabajo. Pasar varias horas intentando hacer una imagen reconocible que transmita la energía individual de esa alma única, lleva un mensaje de respeto que los procesos más mecánicos no podrían.
Mi tercer objetivo era hacer que el monumento fuera lo más accesible y útil posible. No es un memorial de ubicación fija, se puede exhibir en su totalidad o en grupos seleccionados, se puede adaptar a cualquier espacio en interiores o en eventos al aire libre. Es reproducible y doy la bienvenida a cualquiera que imprima las imágenes.
El cuarto objetivo es la educación, que es fundamental para cumplir el grito de “Nunca más” por eso me hace feliz siempre que puedo exponer en universidades o llevar retratos a colegios.

-¿Cuántos retratos ha realizado?
-En la última exposición del memorial en la Casa de Militancia de HIJOS en exESMA, instalé 2500 retratos, pero hay más, unos 3.000 porque entre ellas se incluyen también imágenes de personas asesinadas o asesinadas y desaparecidas más recientemente o en otros países, como Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, Julio López, Santillán y Kosteki, los 43 estudiantes mexicanos desaparecidos en Ayotzinapa, Berta Cáceres, Marielle Franco, y otros. También presos políticos, como Milagro Sala. De esta manera relaciono lo que sucedió hace décadas con ejemplos más recientes y con el presente, como parte del objetivo educativo del memorial.
-¿Suele entablar relación con los familiares y amigos de las víctimas retratadas?
-He tenido el honor de conocer a miles de ellos y ésta ha sido la mayor recompensa de este proyecto. En todos los lugares donde he estado en Argentina, Uruguay y España, me reciben con hospitalidad. Aparte del aliento y el aprecio que me muestran, conocer a familiares de las personas cuyos rostros he estudiado durante mucho tiempo, ha sido muy emotivo para mí.
La respuesta al encontrar el retrato de su ser querido, con frecuencia son lágrimas. Tocan los retratos, me encuentran entre la multitud y me muestran el cuadro que hice de su desaparecido.
En la primera exposición que tuve en Argentina en el Museo de Memoria en Rosario en 2013, una de las veneradas Madres se me acercó y me dijo: “Hace años que tengo esta fotografía de mi hijo en blanco y negro. ¡Con tus pinturas y colores, le has dado vida!" Y esta fue mi intención, hablar sobre la vida vibrante de estas personas llenas de las esperanzas y sueños, que amaban a su país y querían mejorarlo. “Aparecidos” habla de la santidad de las vidas humanas individuales.

-¿Qué recepción encontró en la gente que visitó la muestra, en particular cómo tomaron el hecho de que un “artivista” estadounidense fuera su autor?
-En todas las exposiciones me han tratado con calidez, amabilidad y respeto. Por supuesto, existe una curiosidad constante sobre por qué un yanqui se involucraría en esto. Explico eso como lo he hecho aquí y eso parece resolver cualquier sospecha sobre mis intenciones. Le aseguro a la gente que soy muy consciente de la participación de EEUU en estos horrores que denuncio y que parte de mi activismo incluye tratar de iluminar a los ciudadanos estadounidenses sobre la historia de nuestra política exterior que se enlaza con la presente, de similar naturaleza.
-¿Cuántas veces volvió a Argentina a exponer su obra?
-Inicialmente me encontré viniendo a Argentina dos o tres veces al año, pero como me invitaron a exponer más, decidí quedarme y estuve casi tres años viviendo en el Gran Buenos Aires. Luego tuve que regresar a los Estados Unidos por un año y medio, pero noviembre de 2019 decidí darme como regalo de mi cumpleaños número 65, un boleto de ida a Argentina. He estado aquí desde entonces y estoy esperando mi DNI, con la esperanza de convertirme en residente permanente algún día.
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