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¿Por qué es necesaria la ley de interrupción voluntaria del embarazo?

La fuerza para que sea ley es el resultado de una pelea histórica del movimiento feminista


por Marta Gordillo



La bandera del “Aborto legal, seguro y gratuito” tras la consigna de “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”, busca comenzar una nueva trayectoria a partir de lo que para ya es un hecho: la legalización del aborto voluntario.


Dos feministas, por un lado Martha Rosenberg y por otro Malena Lenta, expresaron en diálogo con Vertientes del sur tres aspectos de esta problemática: la lucha por el logro de la interrupción voluntaria del embarazo, los porqués de la necesidad de la ley y las razones de las fuertes resistencias al aborto legal.


“Pensamos que es el resultado de haber sostenido durante tantos años la lucha por el derecho al aborto que llevó a que el gobierno presente un proyecto que tiene muchas cosas en común a pesar de algunas diferencias, y que definitivamente el aborto sea ley”, aseguró la psicoanalista, activista e integrante y co-fundadora de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.


A su vez, la psicóloga Lenta, docente e investigadora de la UBA, activista de la Campaña y de la agrupación feminista Isadora – mujeres en lucha, señaló

que “sabemos que lograremos el proyecto con la persistencia de la lucha de la marea verde que, desde las calles, está jugada a conquistar este derecho. Aunque se vota en el Congreso, tal como lo demuestra la historia de las luchas feministas, sabemos que se gana en las calles ¡Qué sea ley!”.


Un amplio arco político del feminismo, de la juventud, de movimientos sociales, territoriales, de la diversidad sexo-genérica, de organizaciones gremiales, políticas, profesionales, viene llevando a cabo una pelea histórica por la legalización del aborto que adquirió una gran visibilidad en los últimos años.


La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, las multitudinarias marchas y concentraciones de la marea verde, las marchas de cada Encuentro Nacional de Mujeres en distintas ciudades del país, las de Niunamenos contra los femicidios, las del Día Internacional de la Mujer, del Día contra las Violencias de Género, todas se encolumnaron con el reclamo por el aborto legal a la cabeza.


En el trayecto de la lucha por la legalización de la interrupción del embarazo, hubo un tiempo inicial en que se limitaba a pequeños grupos dispersos y luego, a partir de 2005 “la Campaña reunificó y dio fuerza y consistencia federal a todas esas voces que transcurrieron décadas sin tener mucho efecto social”, precisó Rosenberg.


“La conformación -continuó- de la Campaña en estos15 años de vida, fue la forma de construcción de una voz que hoy tiene un peso político, no solo por el logro de la despenalización social del aborto voluntario sino también por la construcción política de un movimiento social autónomo y plural”.


Rosenberg destacó la importancia en esta pelea, que ganó las calles de a miles abarcando todas las edades y grupos sociales, de las políticas que llevaron a cabo, “de confluencia de movimientos diversos, de distintos colectivos sociales territoriales, haciendo hincapié en la transversalidad, en la democracia participativa”.


“Es una construcción que ya está siendo muy estudiada, que no ha ocurrido en otros movimientos”, enfatizó.


Un derecho fundamental de las mujeres y las disidencias


Por su parte, Lenta precisó que el aborto “es un derecho fundamental de las mujeres y disidencias. No solo porque evitaría la principal causa de mortalidad de personas gestantes, sino porque es un reclamo histórico del feminismo que exige el derecho a decidir sobre el propio cuerpo y sobre la propia vida”.


“Y ese es un derecho históricamente negado a las mujeres y disidencias por el orden patriarcal”.


En este marco, precisó que “el derecho al aborto implica sacar de la clandestinidad al deseo de las mujeres y disidencias y plantea que la maternidad debe ser una elección y no, una imposición o un destino inalterable”.


Por eso es muy importante “seguir planteando la separación efectiva de la Iglesia y el Estado, insistir en la plena implementación de la educación sexual integral en todos los niveles educativos y con una perspectiva de género y feminista, así como también, reclamar la provisión gratuita de métodos anticonceptivos”, enfatizó Lenta.


La lucha por la legalización del aborto implica también “terminar el negociado del aborto clandestino, descriminalizar a las mujeres presas por abortar y acabar con la aberrante situación de las niñas obligadas a parir”, añadió.

“Y ello lo lograremos -continuó- no solo desde la legalización del derecho a la IVE sino también continuando con la pelea contra las violencias de género, en particular, la violencia sexual y la que se reproduce desde las instituciones, en particular, desde el Estado, como lo venimos haciendo desde hace años con la oleada de luchas feministas en Argentina y el mundo”.


Resistencias a la ley


Por un lado está la legitimidad del reclamo, y por otro lado la resistencia tan fuerte de sectores muy conservadores pero fundamentalmente de la iglesia católica y otras, contra la que apunta la marea verde cuando proclama la “separación de la iglesia del estado”, “por el derecho a decidir” o “mi cuerpo es mío”.


“Yo decido sobre mi cuerpo”, es una consigna central dentro de los feminismos, y en este sentido la iglesia ejerce un control sobre el cuerpo y la sexualidad de las mujeres y personas con capacidad de gestar, control que pierde al legalizar el aborto.


“Por eso tuvo y tiene tanta resistencia, porque el poder de gestar, de producir nuevos seres humanos es un poder muy fuerte y siempre estuvo sojuzgado por, entre otros poderes políticos, el de la iglesia en nuestros países occidentales y cristianos”, dijo Rosenberg.


Precisó que “la construcción religiosa está hecha sobre la idea de la santísima trinidad, y la mujer queda como un medio para la realización de ese poder divino”, y añadió que “por eso lo nuestro es un hito en la deconstrucción de ese poder patriarcal de subordinación de los cuerpos femeninos y otros con capacidad de gestar.”


Asimismo, expresó que este reclamo sobre ‘el derecho a decidir’ “es la rebelión y la desobediencia frente a la toma de los cuerpos de las mujeres como un instrumento de repetición y reproducción del orden social patriarcal y sus privilegios”.

“Creo que nuestra Campaña ha desarrollado la idea de que las mujeres tenemos derecho a tener agencia autónoma sobre nuestras vidas, nuestros proyectos y nuestros cuerpos”, expresó Rosenberg.




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