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Que vivan los estudiantes


Por Marta Gordillo


La dinámica del movimiento estudiantil de la Universidad de Buenos Aires (UBA), institución fundada el 12 de agosto de 1821, hace 200 años, incidió en la política argentina del siglo 20 y 21 a la vez que sufrió el impacto de los distintos acontecimientos del país y del mundo, expresando el carácter y la perspectiva transformadora de la juventud estudiantil.



Muchas veces desestimada, la lucha de los estudiantes de la UBA y de todo el movimiento universitario del país, logró conquistas vinculadas a la democratización, a la educación laica, al ingreso irrestricto, contra la represión y las intervenciones proscriptivas, por la defensa de la organización, revelando el carácter político del estudiantado y su compromiso con la realidad que lo rodea, como uno de los aspectos implicados en la educación.


¿Cómo incide la política nacional en el movimiento estudiantil y a la vez, éste en el país?


“Lo que sucede en el país tiene un impacto siempre mediado, que tiene una traducción atenuada o aumentada dentro de los claustros y del movimiento estudiantil, sobre todo en la UBA, que es una universidad de masas y con facultades que tienen tradiciones y organización propia. Hay cosas que quizá llegan más tarde a la universidad de lo que pueda pasar en el país como fenómenos, o son anticipatorias”, señaló a Vertientes del Sur, el sociólogo e investigador del Conicet, Mariano Millán.


“Y la incidencia -continuó- del movimiento estudiantil, sobre la política nacional, es fuerte en varios aspectos, el primero y evidente, es que ha sido y es una cuna de dirigentes y dirigentas de la política argentina de todos los espacios y vertientes ideológicas”.


“El segundo es que ha sido en buena parte del siglo 20 y 21 una especie de laboratorio de las ideas políticas y miradas del país muy influyente. Es difícil encontrar en el largo plazo de la Argentina moderna una institución donde se haya discutido más y con mayor profundidad los aspectos políticos y sociales del país”.


En la relación de los estudiantes con otras fuerzas extra universitarias, como el movimiento obrero, Millán sostuvo que hubo dos momentos centrales: “Una experiencia fundamental fue en los años 50 y 60 hasta mediados del 70 que es en primer lugar de mucha solidaridad no sólo en declaraciones sino en marchas a fábricas y en la invitación a trabajadores que están desarrollando luchas, a las facultades a disertar y contar sus experiencias”.



“Luego en el 2001 hasta 2010 hay una generación muy solidaria con el movimiento piquetero, con trabajadoras y trabajadores desocupados y con fábricas recuperadas, ahí hay una experiencia más focalizada y pequeña pero que está también presente en esa relación con la clase trabajadora”.


Con respecto a los movimientos sociales, un vínculo que se va a a dar en los últimos años, producto de los mismos procesos de surgimiento, es la lucha por la legalización del aborto en la que el movimiento estudiantil participó muy activamente retomando en 2014 muchas de sus consignas que en el 2000 eran palabras. “Es algo que en las facultades dinamizó muchas discusiones porque se vieron sacudidas por esta nueva etapa de la política”, dijo Millán.



Otro tema es, desde los años 80 y 90, la cuestión de los derechos humanos y la lucha por la memoria, verdad y justicia en Argentina, “que formó parte de la agenda política extra universitaria pero también universitaria porque más de la cuarta parte de los desaparecidos y desaparecidas eran estudiantes de la Universidad”, añadió el investigador.


Siguiendo en esta vinculación de los estudiantes con la política nacional y su interacción, por ejemplo en los años 60 y 70 donde emerge la juventud y el movimiento estudiantil como sujetos de transformación social ¿se mantiene ese perfil en los años posteriores a la dictadura militar?


Para Yann Cristal, historiador e investigador del Conicet, se mantiene pero es distinto, ““lo que pasa que tienen otra idea que no va por el camino de los métodos revolucionarios de los 70 sino que muchos piensan que con la democracia se puede lograr esa transformación, pero cuando la democracia entra en crisis esa idea entra en crisis, y ahí se produce ese desencanto a fines de los 80 y en los 90”.


“Y con el menemismo es más una idea de resistencia a todo ese embate privatizador que de transformación social”.



El movimiento estudiantil de la UBA y su recorrido histórico:

La Reforma Universitaria


Juan Califa, sociólogo y también investigador del Conicet, partió de ubicar a la Reforma Universitaria de 1918 como un hito ineludible en la historia del movimiento estudiantil. Una rebelión en Córdoba que no tenía antecedentes y que pugnaba por la democratización de la universidad.



No obstante, “previamente a la lucha por la Reforma, a principios del siglo 20 comenzaron a formarse los primeros Centros de Estudiantes de las facultades existentes en la UBA, Ingeniería, Derecho, Medicina, y también ya se había constituido la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) ”, dijo a Vertientes del Sur.


“La herencia de la Reforma ha sido un proceso fundamental para entender lo que sigue”, dijo y precisó que fue muy significativa la participación estudiantil, “algo que los estudiantes asumen cuando observan que los profesores no tienen la fuerza para llevar adelante las transformaciones que reclamaban”.



Ese proceso fue más drástico en Córdoba donde la élite se negaba a esos cambios a diferencia de Buenos Aires donde el liberalismo los aceptaba, “por eso se entiende que el epicentro fuera Córdoba y no Buenos Aires. Ese es un primer punto de quiebre”, señaló.


El movimiento estudiantil y el primer gobierno de Perón


Califa expresó que otro quiebre es el momento del primer peronismo “que hay que entenderlo ligado al golpe del 43; los estudiantes identifican a Perón con ese golpe que había atacado a las universidades, había intervenido, había dado buena parte de la educación al sector católico, y eso marca una ruptura en términos de la politización del movimiento estudiantil que va a votar contra Perón en el 46 y se involucra con la Unión Democrática” .


El especialista plantea que en ese momento “se produce una separación, porque antes del golpe del 43, siempre existió una solidaridad obrera estudiantil, de hecho en la lucha por la Reforma del 18 hay actos conjuntos muy significativos, eso de algún modo con el peronismo se rompe”.


“Y a fines de los 50 -continuó- va a haber momentos en donde esa unidad se va a ir dando y es indudable que con el Cordobazo, el Rosariazo, con las luchas de los 60 esa unidad cobra mayor envergadura en la calle”, enfatizó Califa.


Educación Laica o Libre y los ecos de esa lucha



“Otro momento cumbre fue la pelea por la educación laica o libre de 1958, contra una nueva ley universitaria que plantea otorgar a las casas de altos estudios privadas el título habilitante, eso pasó con Frondizi, pero ya a fines del 55 la dictadura lo dictamina. Eso provoca un tembladeral y hay una primera gran lucha en el 56 que llevó a dejar en suspenso ese artículo de la ley, pero Frondizi termina aprobando algo parecido”.


Ese es un momento muy significativo donde se dan las movilizaciones más masivas hasta entonces y se produce un giro hacia la izquierda del movimiento estudiantil, relató Califa.


La rebelión estudiantil en los 60/ 70 y en el medio el golpe de Onganía


Califa describe las distintas organizaciones estudiantiles de ese momento, vinculadas al PC, que se fractura en el 67 y se forma el PCR con la agrupación estudiantil FAUDI. El PC se reconfigura y surge el MOR. Otras fuerzas son el MNR de los socialistas, Franja Morada, Tupac (Vanguardia Comunista) y los trotskistas con el PST y la TERS (actual PO), después del 66.


Califa ubica los años 60 como el momento en que el movimiento estudiantil se convierte en un actor político global, la demostración cabal es el Mayo francés, el otoño caliente italiano, lo que ocurre en China con la larga marcha, los movimientos de Estados Unidos contra la guerra de Vietnam, la lucha estudiantil en México que culmina con la masacre de Tlatelolco, Río de Janeiro, Montevideo; “en los cinco continentes uno encontraría estudiantes movilizados y Argentina forma parte de eso que ocurre en el mundo”.


“Una de las peculiaridades de Argentina es que el movimiento estudiantil tiene un grado de organización significativo que traza sus raíces en la Reforma Universitaria, pero el golpe del 66 viene a acabar con esa organización, acaba con la autonomía a los palazos como es el caso de La noche de los bastones largos, expulsa a los profesores de la UBA , clausura los Centros”.



El momento de mayor combatividad del movimiento estudiantil después del golpe del 66 “es el que va del 69 al 72”,sostiene el investigador tras destacar que “en el 67 había sido derrotado, la FUA dice ‘hemos sufrido una derrota’, y se abre un largo proceso de reconfiguración”, señaló.

Vendrá el Cordobazo, Rosariazo, Tucumanzo, y comienzan luchas importantes por el ingreso irrestricto, los estudiantes “logran quebrarlo y tal es así que la matrícula universitaria del año 72 /73 ya es mayor que la del 66, esto es un tiro por la culata para una dictadura que había sido derrotada también en la universidad”, precisó Califa


A principios del 73 se forma la Juventud Universitaria Peronista (JUP) que gana 8 de los 11 centros de estudiantes en elecciones de la UBA., afirmó Califa tras destacar que “esto es doblemente peculiar si tenemos en cuenta que el peronismo históricamente rehuyó de participar en los centros de estudiantes por considerarlos partidarios de la Reforma y opositoras al peronismo”.



“El 73 es un año en que las luchas empiezan a escasear porque la JUP tiene una política que no moviliza al movimiento estudiantil, y eso tiene que ver con las propias tensiones y contradicciones que implica ser parte del gobierno, eso determina que haya relaciones tensas y que se produzca una ruptura en la propia JUP en el 74”.

Una ley universitaria que habla de subversión mientras comienza el terror


Ese año se aprueba una Ley Universitaria que “es vivida como un baldazo de agua fría porque esta ley habla de subversión y de que no se puede hacer política en la universidad. Esto se plantea en un momento en que la política se discute en todos los pasillos de la universidad”, señaló el sociólogo.



Cuando Perón muere, esta tendencia que ya se venía dando se va a desarrollar cada vez más con organizaciones paraestatales y va a ser terrible para el movimiento estudiantil. Al frente de la UBA van a a nombrar a Alberto Ottalagano que se define como fascista, "eso va a ser un verdadero parteaguas y tal es así que en Buenos Aires no se van a poder hacer las elecciones de centros a causa de la represión, por el clima del terror”.


Con el golpe del 76, el movimiento estudiantil va a ser uno de los sectores muy golpeados de la mano del terror, de la persecución, y con una organización muy raquítica y aterrorizado. La vida política dentro de la universidad por algunos años va a ser imposible.



En relación a la represión estatal, las cifras disponibles al momento indican que al menos 844 personas vinculadas a la UBA (estudiantes, docentes, graduados, funcionarios, no docentes) fueron desaparecidas durante la última dictadura cívico militar, las cuales se agregan a otros 30 casos entre 1971 y 1975, y a 117 asesinados entre 1970 y 1983, siendo 40 hasta 1975 , según el trabajo de Guadalupe Seia,”De la revolución a la Reforma. Reconfiguraciones de las formas de la militancia estudiantil en la Universidad de Buenos Aires entre 1976 y 1983”.



Vuelta a la democracia


El historiador Yann Cristal sostiene que “hay un momento, en el 82/83 de mucha efervescencia, que es al final de la dictadura después de Malvinas, con movilizaciones estudiantiles muy masivas en todo el país y en la UBA porque la dictadura había metido cupos y aranceles”.


“El 83 -continúa- abre un periodo de bastante movilización social y política que tiene un impacto importante en lo que viene después, porque hoy la UBA tiene un sistema de ingreso que comparado con otras universidades de América Latina es bastante menos restrictivo y también es gratuita. Estas dos consignas, ingreso irrestricto y gratuidad marcaron un punto importante de inicio en esta nueva etapa”.


Con Alfonsín se suprimen los aranceles pero el cupo se mantiene con el examen de ingreso. En el 84 hay grandes movilizaciones porque se dice que el cupo viene de la dictadura, hay que sacarlo, y finalmente se estructura el CBC para entrar a la universidad, que si bien se ingresa en forma directa también va a ser un filtro para entrar.


En el 83 se dan las primeras elecciones de centro después de 7 años de prohibición, donde “se da un resultado sorpresivo porque frente a las agrupaciones que un poco habían tenido peso en los 70, la izquierda y el peronismo, ganó Franja Morada, otras agrupaciones nuevas independientes y el Partido Intransigente; esto expresaba un balance crítico de los 70, donde se contraponía la democracia”, expresó Cristal tras describir una primavera juvenil que duró dos años.

Recordó que en el 85 empieza a expresarse la falta de presupuesto, la inflación, que en el 87 hay un paro docente en la UBA que dura tres meses, la ley de Obediencia Debida y Punto Final, los Carapintadas, crisis económica, “y en la universidad, ese desencanto en vez de provocar un giro a la izquierda del movimiento, empiezan a crecer ideas por derecha con la UPAU (UCD) que casi le gana la FUBA a Franja Morada.


“Cuando Menem gana las elecciones y empiezan las privatizaciones, se produce un nuevo ciclo de protesta estudiantil en el 95 contra la ley de Educación Superior, que es la movilización estudiantil más importante en democracia, la idea era defender la educación pública a toda costa, pero la ley va a ser aprobada. No obstante, esto va a significar un costo político importante al gobierno con protestas entre el 97 y 99 y van a crecer las fuerzas de izquierda”, afirmó Cristal.



¿Qué significó el 2001 en el movimiento estudiantil? “El papel del movimiento estudiantil en el 2001 no fue en diciembre, sino durante los meses anteriores, cuando en marzo el ministro de Economía propone un fuerte ajuste en todas las áreas, y en la educación y las universidades aún mayor que el que había realizado Menem, lo que generó una gran rebelión educativa. López Murphy se tuvo que ir a los15 días de haber asumido y el ajuste no se llevó a cabo”.


Un hecho significativo es que a fines del 2001, a pocos días de la explosión social de diciembre, los radicales pierden la conducción de muchos Centros y de la FUBA por primera vez desde el 83, y ganan los independientes de izquierda y la izquierda”, precisó el historiador.

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En el pos 2001 se radicaliza el reclamo porque se pide la democratización de los órganos de gobierno, que los estudiantes tengan mas peso en las decisiones. Eso se da hasta el 2006, 2007 y en el 2010 hay una marcha muy grande por el presupuesto.

“La ola del 2001 llegó hasta ese momento. En los últimos años se ha producido un reflujo con algunas excepciones como las movilizaciones contra Macri”, señaló Cristal.


Finalmente Millán también se refirió a este último período y añadió que de fines de los 90 hasta 2010 /2015 el destino de Franja Morada es otro, “uno encuentra que en muchas facultades no profesionalistas como Sociales o Exactas y Naturales, al radicalismo le fue mal, y ahí volvieron a crecer fuerzas de izquierda con otros perfiles diferentes a los de los 60 y 70”.


“Pero los radicales y sus aliados conservaron las facultades profesionalistas, Derecho, Económicas, Medicina, que son además las que tienen una estrecha relación con corporaciones profesionales muy importantes y obviamente con la política local de la ciudad de Buenos Aires”.



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