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Semillas de Marielle Franco en Buenos Aires

A tres años de su asesinato, varias actividades reivindican su lucha y una placa la recordará



por Marta Gordillo


“En memoria de Marielle Franco (1979-2018) concejala de Río de Janeiro y defensora de los derechos humanos y la comunidad LGBTIQ+ asesinada el 14 de marzo de 2018”, es la leyenda de la placa que en los próximos días se colocará en la estación de subte Río de Janeiro como homenaje de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.


“La placa fue aprobada en la Legislatura el pasado 11 de marzo pero todavía no podemos ponerla porque faltan algunos trámites, aunque ya fue aprobada y está lista”, precisó a Vertientes del Sur Paulo Pereira del colectivo Passarinho de Buenos Aires, que integran un grupo de brasileños.

La gran cantidad de acciones que está realizando el Colectivo Passarinho con otras agrupaciones, durante marzo, revela el impacto que tuvo en Buenos Aires, como en el mundo, el asesinato de la concejala de Río de Janeiro, que llevó a muchos organizaciones, entre ellas una escuela porteña, a tomar su nombre como insignia.


Entre otras actividades proyectan la jornada 14M por Marielle ‘Yo soy porque nosotras somos’”, con un acto a las 17 en la entrada de la estación del subte Río de Janeiro”, al igual que el año pasado, en el que se reclama agregar a la denominación de esa parada el nombre de la concejala.

En este sentido, Pereira dijo que “hay una intención de algunas diputadas de presentar un proyecto para cambiar el nombre pero hay un tiempo legal para hacerlo”.


Agregó que “incluso la aprobación para colocar la placa es un marco importante para la reivindicación del cambio de nombre de la estación. En este momento esperamos que la colocación de la placa se dé en una semana, la estación además está cerrada y se reabre el lunes 15. Nosotros no queremos convocar a mucha gente por el contexto de pandemia, vamos con mucho cuidado”.


“No nos olvidamos que en Brasil -enfatizó- en este momento hay más de 270 mil personas muertas por el coronavirus, una gestión genocida de la pandemia por parte de Bolsonaro”.


A Marielle Franco la mató la ultraderecha brasileña el 14 de marzo de 2018 en el centro de Río de Janeiro, tras haber recibido amenazas y persecuciones en el marco de su fuerte oposición y denuncia de la represión ejercida por las fuerzas paramilitares y parapoliciales en la periferia de la ciudad.


Elegida en 2016 concejala por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), se oponía tenazmente a la intervención militar en la ciudad carioca y levantaba las banderas de los derechos humanos, de las minorías y los sectores humildes, presentándose como feminista, negra, lesbiana, favelada, trabajadora.


“Primero vino el golpe de Michel Temer contra Dilma Rousseff en 2016 y la militarización del Brasil; enseguida se produjo la ejecución de Marielle Franco; los que la mataron pensaron que no iba a pasar lo que pasó, que sería un cuerpo desechable y listo, como lo que sucede con centenas de mujeres negras en Brasil, pero no pasó eso con Marielle”, precisó Pereira.


Al mes de ser asesinada y bajo la consigna “Justicia por Marielle", el Colectivo Passarinho realizó el primer acto por ella en el Parque de la Memoria con el apoyo de organismos de derechos humanos, Madres, Abuelas, Hijos, sindicatos y otras organizaciones.


“Buenos Aires es la ciudad de Latinoamérica que más reivindica la lucha de ‘Justicia por Marielle’, la que más expresó su crítica contra Bolsonaro y contra la política de ultraderecha, de odio y persecución”, señaló.


En este marco, la escuela que lleva su nombre es el Bachillerato Popular “Marielle Franco”, ubicado en el barrio porteño de Villa Lugano.


“El nombre de Marielle da cuenta de una serie de problemáticas políticas y sociales que este espacio desea visibilizar en el barrio”, precisó a Vertientes del Sur Mercedes Rabanal, educadora del Bachillerato.


Mencionó aspectos como “la lucha contra la violencia institucional, el feminismo, la lucha de las identidades no hegemónicas, la interseccionalidad, el proyecto político emancipatorio de los pueblos, la Patria Grande; es muy amplio y muy profundo todo lo que sintetiza Marielle en su lucha, en su historia de vida desde un paradigma antirracista, disidente, feminista”.


“Inclusive -enfatizó- el acceso de los sectores subalternos a la educación y a los espacios de poder, en especial de quienes han sido excluidxs del sistema educativo formal. No hay que olvidar que Marielle pudo, como decía ella "correrse de la estadística", romper el círculo de la exclusión, a partir de un programa comunitario de ingreso a la universidad en el que además inició su militancia política”.


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