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"Son las mujeres las que llevan adelante las luchas ambientales"


La docente rural Mariela Leiva que llevó a juicio a un fumigador

Elba Esteves, maestra rural jubilada integrante del grupo Paren de Fumigar Escuelas nacido en el seno del sindicato entrerriano de docentes, aseguró que “son mayoritariamente mujeres las que llevan adelante las luchas ambientales”, como lo demuestran organizaciones como las Madres de Ituzaingó y el colectivo que ella integra junto a otras colegas entrerrianas.


“Nosotros arrancamos con nuestra lucha en el 2012 y cada vez que las docentes rurales nos avisaban de que estaban fumigando, nos íbamos a esas escuelas, llamábamos a los medios y hacíamos ‘El’ revuelo”, contó a Vertientes del Sur.


Sofía Gatica y otras Madres de Ituzaingó

“También recorrimos todas las escuelas rurales de la provincia dando talleres de concientización y haciendo relevamientos: así es como supimos realmente lo que pasaba a partir de los testimonios y las experiencias de las y los docentes del interior”, agregó.


Esteves explicó que este activismo en defensa de la salud y el medioambiente “fue bisagra dentro del sindicato docente” AGMER, que como organización gremial fue la primera en dar cobijo a este tipo de reclamo.


Esteves se desempeñaba por entonces en la escuela rural Nº 54 Alcides D’Orbigny de Aldea San Antonio, ubicada conocida popularmente como “la escuelita del Palacio porque está a 500 metros del Palacio San José”.


Escuela fumigada en Entre Ríos

“A mí me llamaba la atención que en una época sentíamos un olor raro y cuando salíamos al patio, veíamos que las vaquitas de San Antonio se chocaban contra el vidrio y caían de a montones, pero no me imaginaba qué podía ser”, dijo.


“Empezamos a investigar lo que estaba pasando porque otras maestras y padres nos decían ‘me ataca alergia’ o ‘me arden los ojos’ cuando fumigan”, contó.


Con el tiempo, “las mismas docentes rurales vinieron al sindicato a consultar qué podían hacer para reclamar”, porque “estaba naturalizado que pasaba el mosquito (maquinaria de fumigación terrestre) y se acaban los recreos porque había que encerrarse” pero la situación se estaba volviendo insostenible con “chicos y docentes que se enfermaban con dolores de cabeza, alergias y salpullidos”.


“Era difícil porque el mosquito capaz estaba trabajando en el campo pegada a la escuela y por ahí el productor que venía y te decía ‘voy a fumigar, guárdense’ era el padre de alguno de los chicos”, contó.


La causa adquirió máxima visibilidad en 2017, cuando el TOC de Concepción del Uruguay condenó a tres personas por fumigar con agrotóxicos a una docente y sus alumnos en momentos en que se dictaba clases en la escuela rural Nº44 República Argentina de Colonia Santa Anita, ubicada a casi 54 kilómetros de Villaguay.


La causa se había iniciado por la denuncia de AGMER y la docente en cuestión era Mariela Leiva, amiga y compañera de lucha de Esteves.


“En el 2014 ella estaba dando clases cuando pasó por encima de la escuela un avión fumigando que estaba trabajando en el campo que estaba enfrente”, contó.


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